El pasado sábado, Gobela estuvo a punto de ser testigo del fin de la impresionante racha de imbatibilidad del Barakaldo. El colegiado ya miraba su reloj para pitar el final con 1-0 en el marcador a favor del Arenas, que se hubiera convertido en el primer equipo en vencer a los fabriles en año y medio. No obstante, Pablo Santiago no permitió que eso fuera así. El extremo de 22 años no dudó en coger la responsabilidad de lanzar una falta desde la frontal en el último minuto de encuentro y anotó un auténtico golazo para igualar el marcador, siendo el derbi vizcaíno el trigésimo noveno partido consecutivo del cuadro baracaldés sin conocer la derrota.

Pablo Santiago (27/09/2000) aterrizó en Lasesarre el pasado 12 de julio procedente del CD Vitoria, filial del Eibar, donde acabó contrato al dejar de tener ficha sub-23. En el segundo equipo armero brilló con luz propia al erigirse como el máximo goleador del equipo la pasada temporada, con un total de ocho dianas. Es por ello que, desde el principio del mercado, un gran número de conjuntos de Tercera Federación le tentaron para hacerse con sus servicios. Sin embargo, no dudó cuando recibió la llamada del Barakaldo. «Según llego el interés del Barakaldo, ni me lo pensé. Era la opción que más me gustaba, el mejor sitio al que podía ir y lo cerramos en tres o cuatro días», señala a EL CORREO.

Sus motivos para estampar la firma tan rápido eran claros: «Es un club muy grande, con un estadio espectacular, una gran afición y aspiraciones muy altas», comenta. Además, la figura de Imanol de la Sota, con quién coincidió en la estructura del Eibar, le inspiraba confianza. «Todo el mundo que ha estado con Imanol, habla muy bien de él», apunta. Entre ellos, Markel Artetxe, actual compañero con quien había compartido equipo en diversas ocasiones. Por lo tanto, se daban todos los alicientes para que diera ese paso y tomara la decisión de vivir su primera aventura en un primer equipo, después de realizar toda su formación en la cantera armera.

Al ser cuestionado por sus mayores virtudes, Pablo Santiago desgrana que son «el control de balón, la ruptura a los espacios, el disparo y el juego asociativo». En estas primeras semanas en su nuevo club, se ha tenido que acostumbrar a entrar por primera vez en un vestuario con gente de distintas edades, aunque no le ha costado. «Estoy muy a gusto porque hay muy buenas personas», destaca. Sin embargo, lo que más le ha llamado la atención de esta nueva experiencia es la afición gualdinegra. El joven atacante eibarrés resalta que «tenía expectativas muy altas sobre el Barakaldo que han logrado superarse. Por ejemplo, nunca había vivido tanto apoyo de una afición como en Gobela».

En el estadio getxotarra fue el héroe de los suyos e hizo enloquecer a los cerca de 400 hinchas fabriles que había en la grada. Suyo fue el gol que selló el empate del derbi in extremis mediante un excelso golpeo de falta. Éste lo vivió «con mucha emoción, pocas veces me ha tocado vivir algo así con tanta gente apoyándote, así que fui directamente donde ellos a celebrarlo», indica. A pesar de su juventud, no le tembló el pulso por mucho que fuera la última bala para sacar algo positivo de su visita al Arenas y conservar la imbatibilidad del equipo. «Es la esencia del Barakaldo, que nunca se rinde y hasta el final hay que darlo todo», arguye, dejando claro lo interiorizada que tiene la idiosincrasia del club.

«Equipo para pelear por todo»

Pablo Santiago no ha sido titular en ninguno de los primeros compromisos ligueros. Eso sí, se ha reivindicado en ambas ocasiones saliendo desde el banquillo, anotando un gol en cada uno de los partidos. Aunque no le da muchas vueltas a eso de salir de inicio o ser suplente. «Comerse la cabeza por ser titular es malo, hay mucha calidad en el equipo y no puedo estar pensando en eso». «Hay un nivel muy alto y eso es bueno para que todos mejoremos cada día», añade. El extremo se centra únicamente en «aprovechar los minutos que me toquen para que el equipo siga creciendo», sostiene. En ese sentido, sus miras son altas y es que considera que «hay equipo para pelear por todo y estar lo más arriba posible».

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